El estuco es un material decorativo para superficies interiores y exteriores, empezó a usarse en el renacimiento italiano en el s.XV, por eso el estuco veneciano es el más conocido.
A pesar de que es un material que se usa hace siglos sigue siendo un elemento decorativo muy presente en las edificaciones actuales, dotando a las estancias de una elegancia que pocos materiales pueden aportar.
El estuco tradicional está compuesto por cal, polvo de mármol, resinas y aditivos especiales. Es un material muy ecológico y por su elevado ph es antibacteriano.
El estuco sintético, sustituye la cal por resinas poliméricas, es mucho más fácil de aplicar, por lo que es el que se usa con mayor frecuencia en la actualidad.
Características principales del estuco
La principal ventaja del estuco es su gran dureza y resistencia, pudiendo durar más de medio siglo si está bien cuidado y realizando un poco de mantenimiento. Otra ventaja muy importante frente a otros materiales es su transpirabilidad, que junto a la dificultad que presenta para los microorganismos resulta muy difícil que se vea afectado por humedades por condensación, muy típicas con otro tipo de materiales.
El estuco permite distintos acabados, el más conocido es el estuco pulido, con el que se consigue un acabado parecido al mármol.
Puede utilizarse en cualquier parte de la casa, incluso en cocinas y baños, también puede usarse en fachadas exteriores.
Aplicación
Dependiendo del fabricante la aplicación puede variar de un producto a otro, pero básicamente necesitaremos tener una base lisa, sin grietas y limpia; aplicaremos varias capas del producto mezclando los colores entre si, dejando secar entre capa y capa, en ocasiones será conveniente lijar. Por último se pulirá con una espátula de acero inoxidable, pudiendo usar también algún producto de la gama del fabricante para dar más brillo.
No es muy difícil de hacer, pero se requiere destreza con la llana y la espátula, así como respetar los tiempos de aplicación y secado.